Estamos en época de Sanguinelli, la naranja roja por excelencia y que es autóctona de nuestro territorio.
Esta variedad surgió en los años 30 en Almenara, fruto de una mutación espontánea de naranja Doble Fina. Tanto en Almenara como en algunos pueblos del Camp de Morvedre como Benavites o Quartell, en la subcomarca de La Vall de Segó, cultivamos esta variedad que constituye una perla para el mercado gourmet por su olor, color y sabor.
Históricamente, en Los Valles ha habido mucho cultivo de Sanguinelli pero en la agricultura estamos expuestos a las inclemencias del tiempo y las plagas y en los años 70 del siglo XX, el virus de de la tristeza de los cítricos acabó con la mayoría de los campos en los que se cultivaba la Sanguinelli. En Fruteq pudimos salvar algunos árboles y desde entonces y gracias a la labor realizada por el IVIA (Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias) hemos conseguido recuperar esta variedad.
Una de las particularidades de la naranja Sanguinelli es su característico color, tanto en el exterior como en el interior y su aroma a fruto rojo, peculiaridades que han hecho de ella una fruta muy codiciada sobre todo en los mercados europeos.
La Sanguinelli además de ser muy apreciada es un cultivo muy delicado ya que requiere de la existencia de un microclima en el que durante su crecimiento y maduración haga frío, pero sin llegar a helar. También es importante el tipo de tierra que la alberga.
De aspecto ligeramente ovalado y color característico hay que saber mimar esta variedad para que consiga el calibre que demanda el mercado. Y si de algo estamos muy orgullosos en Fruteq es de conocer los secretos de este cultivo. Aunque también se ha de señalar que somos unos privilegiados al tener nuestros cultivos en el suelo adecuado y con el microclima idóneo.
Cada año en Fruteq, sacamos a la venta unos 150.000 kilos de sanguinellis y aunque representa un porcentaje pequeño de todas las variedades que cultivamos, es un lujo para nosotros poder ofrecerla a nuestros clientes.